Capítulo 1
Cómo cualquier otro día normal y corriente mi despertador suena a las seis y media. Anoche me acosté muy tarde hablando por teléfono con Mireya mi mejor amiga, desde que vivo aquí, ella está saliendo con Rico un chico del barrio de al lado, y quería contarme que se habían ido a pasear al parque, a comer helado y a ver una película en el cine. ¡Cómo la envidio!, ella tiene a alguien que la quiere y la apoya pase lo que pase,y yo, yo solo la tengo a ella y últimamente no está muy disponible que digamos. También estuve hablando con Luis mi mejor amigo,que está como yo, es decir sin nadie que lo quiera y lo apoye excepto yo y Mireya. Mientras rememoraba todo lo hablado la noche anterior entró mi tía en la habitación:
-Lily ¿aún no estas levantada?, vas a llegar tarde, ¡date prisa!
-Voy tía Rose, voy- mientras me reñía iba levantando la persiana y recogiendo una blusa que se había caído de la silla del escritorio.
Mientras me levantaba y me vestía pensaba en lo que debería estar haciendo Luis en ese momento,seguro que mirándose en el espejo, últimamente iba al gimnasio, en mi opinión no le hacía falta, Luis era alto y delgado tenía algunos granos pero se le quitarían con el tiempo. El problema es que Luis quiere impresionar a Sara Offield, la más popular de la clase, y no sabe como hacerlo así que se a apuntado al gimnasio para ver si sacando musculo se fija en él. Si me preguntas Sara Offield es una creída y una pija, pero no sé que tiene que todos los niños de mi clase están colados por ella. Y Mireya estaría llamando a Rico o más probable paseando con él.
Yo de momento no tengo ni novio ni nadie a quien impresionar. Bajé al salón y mi tía ya estaba de los nervios preguntándose donde estoy, cuando me ve bajar:
-Lily, por dios, date prisa en desayunar que todavía llegas tarde.
-Dale un respiro, mujer-me defiende tío Bernard- es muy joven aún, ya tendrá tiempo para ir con prisas como su tía.
-Bernard no seas tonto mira el respiro que le di a nuestros hijos y Elliot cada vez que viene tiene unas ojeras de miedo porque no duerme lo suficiente.
-Pero Lily es más responsable que Elliot, dale un respiro no le pasará nada.
-Está bien pero al más mínimo cambio....
-No me pasará nada tía Rose.
Y así acabó nuestra discusión rutinaria, cuando terminé de desayunar cogí la bandolera con mis libros de mi habitación y salí disparada por la puerta.
Mientras iba caminando por la calle, llena de casa todas igualmente ricas y bien decoradas, puse mi mp5 a todo volumen porque, como dice tía Rose, tengo miedo de mis propios pensamientos. Iba tranquilamente escuchando “She is the one” de Robbie Williams cuando encontré el papel de un caramelo de fresa, de los que a mi me gustan, en el suelo, lo cogí y empecé a enredar con él. Estaba completamente segura de que ese martes 28 de noviembre de 2009 era un día completamente normal, !cómo me equivocaba¡. Cuando salía de la calle donde residía con mis tíos para entrar en la avenida en la que se encontraba el colegio....
-!Ah¡
-Perdón no era mi intención chocar con usted.
Me quité los cascos del mp5 y levanté los ojos para encontrarme con la mirada mas bonita y cautivadora que había visto en toda mi vida. Era un chico con el pelo castaño claro, sin gafas, con lo ojos marrones y una sonrisa deslumbradora. Era un poco más alto que yo, por lo que no tenía que alzar mucho los ojos.
-No, tranquilo iba distraída, no importa.
-Por casualidad ¿no iras al colegio Saint Thomas?
-Sí ¿por qué?
-Porque yo también, soy nuevo y no conozco el camino muy bien.
-Sí quieres acompañarme, no estoy esperando a nadie.
-¿Y tu novio no se molestará?
-Ja ja ja no tengo novio pero gracias por interesarte.
Nos pusimos en camino y al llegar a la puerta...
.Por cierto me llamo Darck y ¿tú eres?
-Soy Lily, encantada.
Entramos en el colegio y allí estaba el director con la cara más seria del mundo.
-Llegan tarde.
-Lo sentimos señor director, es que me encontré a Darck por el camino, es nuevo y...
-!Ah¡Usted debe ser el señor Lighter ¿no?
-Sí, ese mismo.
-Bien, por esta vez quedan absueltos por llegar tarde, pero que no se repita ¿entendido?
-Sí señor director-contestamos los dos a coro.
-!Ah¡, señor Lighter, bienvenido.
-Gracias señor director.
Cuando llegamos a clase la señora White ya había llegado, y nos castigó dos horas después de clase a pesar de que le contamos que habíamos estado hablando con el director.
La señora White era una mujer mayor de unos 60 años que vivía sola en una casa con sus tres gatos, era baja y regordeta, y llevaba unas gafas colgadas del cuello. Era nuestra profesora de ciencias naturales.
Estuvo toda la hora explicándonos las partes de las plantas y las clases de plantas que existían, cuando sonó el timbre yo estaba medio dormida, pero miré hacia atrás y Darck tomaba apuntes con rapidez.
-¿Te gustan las naturales?
-Sí, ¿a ti no?
-Prefiero los animales a las plantas.
Se encogió de hombros y se levantó, nos dirigimos a nuestra próxima clase sin hablar mucho, de vez en cuando yo le preguntaba algo y él me contestaba. Cuando llegamos a clase el señor Offield, el tío de Sara, no había llegado todavía así que nos pusimos a hablar un rato de la clase de la señora White. Cuando llegó el señor Offield sacó su libro y empezó a explicarnos las ecuaciones de segundo grado de las que yo no entendía ni papa, sin embargo Darck se ofreció a enseñarme si le prometía enseñarle el instituto, a lo que yo accedí.
-Entonces esta tarde aquí en la puerta del instituto para ir a la biblioteca, pero mañana me tendrás que enseñar el instituto.
-De acuerdo, trato echo.
Cuando nos dirigíamos a la cafetería, nos encontramos a Mireya y a Luis. Era muy raro puesto que Rico últimamente no se separaba de Mireya ni Mireya de Rico. Entonces la vi más de cerca, tenía los ojos rojos y el rímel corrido, había estado llorando. Mientras andaba apresuradamente me imaginé que habían roto o algo parecido, pero no, era mucho peor. Al salir del instituto había un paso de peatones, Rico quería fugarse de las clases pero al intentar cruzar un coche se lo llevó por delante, el conductor había salido pitando y mientras una señora que pasaba por allí llamaba a la policía y a la ambulancia. Se habían llevado a Rico muy grave, tenía dos costillas rotas y un hombro dislocado, no tenía buena pinta. Mireya se saltó las dos clases que quedaban, aunque para lo que hicimos no merecía la pena ir. Las profesoras estaban preocupadas así que no dieron mucha clase, a lo mejor una dio un poco para hacer como que todo iba bien, pero todos sabíamos que no era así. La señora White, nos dio clase por segunda vez en un guardia, opinaba que necesitábamos normalidad, que era lo mejor para seguir adelante, pero nadie podía mostrarse normal. Todos estábamos acongojados o tristes o incluso alguna chica que andaba colada por Rico, triste, pero no había nadie a quien el accidente de Rico le causara felicidad o placer.
La siguiente clase era la última y Mireya asistió sin rechistar, cuando le propuse ir, para despejarse un rato. Era la clase de inglés, a Mireya le encantaba el inglés lo hablaba perfectamente, sabía palabras de todas clases, sabía leer fonética etc. Los idiomas eran sus materias favoritas y estaba deseando llegar a 3º para empezar con latín porque aunque yo no me vaya a coger idiomas, sino ciencias sociales geografía e historia, ella quiere seguir adelante con su propuesta. La clase de ese día fue un poco gris aunque la profesora sacó a varios chicos/as a la pizarra a traducir un texto, la clase no fue normal. Mireya salió a corregir los textos y a hacer frases para despejarse y la vi con mejor cara, pero cuando tocó el timbre de salida volvió a ponerse triste y empezó a llorar. Telefoneé a mi tía para decirle que iba a comer con Mireya ese día y Mireya telefoneó a su madre para advertirle de que iba a comer conmigo ese día, por supuesto nos dirigimos al hospital donde habían ingresado a Rico, no estaba muy lejos de allí, a quince minutos en bus . Cuando llegamos...
-¿Qué haces tú aquí?
-Eso mismo me estaba preguntando yo.
-Soy su novia, ¿esperabas que no viniera?
-Yo soy su amiga.
-No me hagas reír, desde que cortasteis Rico no a vuelto a hablar contigo ¿o tengo que recordarte que le diste una torta en la cara?
-No he venido aquí a discutir contigo, he venido para ver como se encuentra Rico, pero me voy ya, no quiero estar con gente de tan mala calaña.
En ese momento Mireya estalló de ira contenida y se lanzó contra Airina, la ex-novia de Rico, y le tiró del pelo. Airina se retorció hacia atrás y cogió a Mireya por el cuello, Mireya se calló al suelo y entonces...
-Mi...Mi...Mireya...
No me lo podía creer. ¡Era Rico!, se había despertado, en ese momento Mireya paró de pelearse con Airina y corrió a besar a Rico, Airina furiosa se fue.
Estuvimos allí toda la tarde, a las cinco o así bajé a la cafetería, pero Mireya no quiso acompañarme, no quería separarse de Rico. En esa hora que estuve sola en la cafetería llamé a Luis para contarle todo lo que había pasado, él se había ido antes de clase, era amigo de Rico.
-Hola, ¿cómo estas?
-Hola Lily, bien ¿y tú? ¿Dónde estas? He estado en tu casa y tu tía me a dicho que estabas comiendo con Mireya pero luego he ido a casa de Mireya y su madre me ha dicho que estaba comiendo contigo, así que me me e vuelto a casa.
-Sí, es que estamos en el hospital porque Mireya no quería irse a casa sin pasarse por aquí ¿sabes qué?
-¿Qué?¿No se habrá puesto peor, no?
-¡No! Por dios no pienses tan negativamente, al contrario se ha puesto mucho mejor, es más se ha despertado-dije con una sonrisa en la cara, Luis es una buena persona, peor la vida no es que le haya tratado muy bien.
-¿A si? ¡Qué bien! Voy para allá, ¿dónde estas?
-En la cafetería comiendo algo al lado de la ventana.
-Está bien, ahora nos vemos.
-Hasta ahora.
Justo en ese momento me levanto y voy hacia el servicio cuando...
-Hola Lily ¿cómo estas?
-Hola Darck, bien ¿y tú?
-Bien gracias, ¿y vuestro amigo cómo está?
-Bien ya se ha despertado y todo, los médicos dicen que se recupera poco a poco.
-Me alegro
-Oye y tú ¿qué haces aquí?
-Yo... es que mi padre se a puesto enfermo y hemos venido para ver si era grave, resulta que es un virus muy raro.
-Vaya que pena, bueno yo tengo que irme, hasta pronto Darck.
-Adiós Lily, hasta mañana.
Cuando entré en el cuarto de baño no había nadie así que me senté en el lavabo y empecé a pensar en Darck, en Mireya, en Luis, en mis tíos, en mis primos etc. No saqué más conclusión que un dolor de cabeza.
Cuando salí allí estaba Luis con Mireya que había bajado porque el médico estaba examinando a Rico.
– Hola-dijo Luis- estábamos esperándote.
Luis tenía mala cara pero no era comparable a la de Mireya, estaba destrozada tenía ojeras y los ojos rojos, no parecía ella.
-Hola, ¿cómo está Rico?
-El médico le está observando, de momento no hay cambios. Se ha despertado y eso pero nada fijo.
Con todo lo que había pasado era mejor que nos fuéramos a casa o de eso nos convencieron los padres de Rico, fuera como fuera acabó siendo mejor irse a casa.
Cuando llegué mi tía estaba desquiciada, andaba de un lado a otro del salón y no paraba quieta, cuando entré por la puerta...
-¿PERO SE PUEDE SABER DÓNDE ESTABAS?- dijo muy alterada.
-Yo...estaba en el hospital.
-¿QUÉ?, ¿no te habrá pasado nada no? Por favor Lily no vuelvas a darme esos sustos.
-Tranquila tía Rose, a mí no me ha pasado nada a sido a Rico el novio de Mireya, y como comprenderás no podía dejarla sola, así que la he acompañado.
-Pobre muchacho, ¿qué le ha pasado?-dijo ya más tranquila.
-Nada grave, lo ha atropellado un coche al salir del instituto, aún lo están reconociendo.
-Mañana iremos a verle, ahora vete a cenar y a tu cuarto.
-Claro tía Rose.
Cuando iba a la cocina vi que mi tío estaba en el despacho leyendo unos papeles, le dije buenas noches y fui a cenar a la cocina con Helena, la criada.
-Hola Helena, ¿me podrías preparar algo para cenar?
-Sí señorita Lily, enseguida.
-Gracias,¿te importa qué cene hoy contigo?
-No por supuesto que no, me viene bien la compañía.
Después de cenar y dar las gracias a Helena me fui a mi cuarto y nada más cambiarme y tumbarme en la cama, me quedé dormida.
Soñé algo muy raro, pero no me molesté en intentar entenderlo, estaba demasiado cansada.
